Como partes integrantes que determinan la mirada podemos describir: el ojo, el contorno orbicular, las cejas y las pestañas.
Dentro de la mirada, el contorno orbicular (párpado inferior y superior) es el termómetro que marca el estado general de la persona: la salud, el insomnio, el estrés e incluso el estado de ánimo, quedan reflejados en la piel que forma el contorno.
La piel de esta zona es más frágil y sensible de todo el rostro. Debido a esta extrema fragilidad y a la intensa movilidad que realizan los músculos de esta zona, es la piel que envejece antes. Y es por ello que, independientemente del tipo de piel que tengamos, es conveniente prevenir y protegerla cuanto antes.
Los problemas más característicos que podemos encontrar en esta zona son: bolsas, ojeras, arruguitas y descolgamiento o caída del párpado superior.
El origen de las bolsas está en la retención de agua, que provoca una hinchazón de los tejidos. Esta retención puede ser temporal o continuada. Es temporal cuando ocasionalmente los párpados aparecen hinchados al despertar. La hinchazón puede estar relacionada con las horas de sueño, haber dormido poco, mal o incluso por haber dormido demasiado o también porque sí, sin más razón. El motivo de esta retención temporal es que durante la noche, cuando nuestro cuerpo se encuentra descansando, se producen diversos factores que provocan la paulatina tumefacción e inflamación de los párpados, eso sí, más en unas personas que en otras. Al cerrar los párpados mientras dormimos y mantenerlos inmovilizados, el sistema circulatorio de los canales linfáticos se ralentiza. Además la posición horizontal que adoptamos normalmente cuando dormimos, provoca la acumulación de lágrimas en los tejidos, pudiendo llegar a producirse pequeños edemas.
En estos casos en que la hinchazón es temporal, la solución es sencilla ya que con la ayuda de un cosmético específico, conseguiremos calmar y eliminar paulatinamente la inflamación de los tejidos.
Lo ideal es un buen contorno de ojos aplicado por la noche y a primera hora de la mañana, siempre después de haber limpiado concienzudamente la piel del rostro. También podemos descongestionar la zona cubriendo los párpados con un paño previamente enfriado con agua o hielo. De esta forma la circulación sanguínea volverá a reactivarse y la hinchazón remitirá.
Cuando la retención aparece de forma más continuada, es cuando además de ayudarnos de cosméticos, deberíamos buscar la sinergia y decidirnos a realizar tratamientos estéticos específicos como los que este més os ofrecemos en Satchidananda_barcelona.
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