jueves, 26 de noviembre de 2015

la reflexología II

Teoría y práctica
La teoría de la reflexología se basa en la premisa de que existe una relación directa entre los órganos más importantes de nuestro cuerpo con una zona específica de nuestros pies, y que ejerciendo una presión precisa sobre estos puntos, ayudamos a mejorar o al menos equilibramos funciones orgánicas de los mismos.


Ciertos puntos de nuestros pies reflejan tensiones y dolores que la reflexología relaciona con bloqueos o mal funcionamiento de nuestros órganos.

Con el masaje o presión de estos puntos, se dispersa la retención de energía responsable del desequilibrio. Mediante la reflexología se actúa sobre:

  • el conjunto de los sistemas orgánicos
  • circulación sanguínea
  • sistema linfático
  • sistema endocrino y
  • sistema neurológico.

A pesar de que la técnica tiene una historia de varios siglos y que acumula éxitos terapéuticos, resulta siempre dificil de admitir, tanto para el profano como para instituciones científicas y médicas, que la presión en un lugar determinado del pie pueda tener una repercusión a distancia sobre un órgano enfermo.

La base de la teoría es neurofísiológica. Sabemos que todas las partes del cuerpo, los músculos y la piel, están inervadas y que la información sensitiva llega a la médula espinal, que transmite la información nerviosa al cerebro.

En el caso de un órgano enfermo, se produce una estimulación nerviosa llamada viscerógena que se transmite a la médula espinal. Después circula por las fibras nerviosas anteriores y llega, o bien a una zona cutánea dónde se refleja, o bien a un músculo, produciendo una zona de tensión. En esta zona la circulación local estará alterada y producirá acumulación de toxinas. En sentido contrario al descrito, si se actúa localmente sobre el músculo o la zona cutánea, haciendo desaparecer la acción refleja, se suprime el círculo vicioso del trastorno, eliminando el problema.


Lo que sí es cierto, es que nuestro cuerpo es un todo en su conjunto, y que todo lo que lo compone está y se encuentra interrelacionado.


Esta técnica, que como hemos visto es milenaria, permite actuar sobre un síntoma determinado, aliviar un dolor o también regular la función de un órgano que presenta fallos en su funcionamiento habitual.

A través de la reflexología se mejora la circulación corporal favoreciendo la eliminación de desechos y toxinas. Por ello está muy recomendada para problemas específicos de estreñimiento o retención de líquidos.
Y aunque su objetivo primordial y más reconocido es el de eliminar toxinas del organismo para que este funcione de forma correcta, también se le reconoce su ayuda en:

  • La mejora de la circulación sanguínea y su calidad
  • Mejora de las funciones de los órganos excretores como riñones e intestinos
  • Deshace residuos acumulados en algunas vísceras
  • Estimula el sistema linfático
  • Alivia el dolor articular y muscular
  • Se obtiene relajación física

La reflexología constituye así una verdadera práctica holística de la salud (del griego holos, que significa entero), es decir, entiende al individuo como un todo e intenta tratarlo en su conjunto o totalidad.

Para tener una opinión fundada sobre la reflexología, lo mejor es probarla...

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