sábado, 7 de mayo de 2016

El Argán III

Para cerrar esta serie sobre el argán, pasaremos ahora a comentaros sus propiedades a nivel estético.

Sus aplicaciones cosméticas son extraordinarias. Está compuesto en un 80% por ácidos grasos esenciales y contiene grandes cantidades de vitamina E, además de una gran cantidad de betacarotenos, precursores de la vitamina A.

Al ser muy rico en ácidos grasos esenciales, especialmente en omega 6, posee un potente poder nutritivo, regenerador y regulador de la permeabilidad de la piel. Estos ácidos esenciales hidratan la piel en profundidad y la protegen de factores externos perjudiciales, restableciendo su barrera natural y neutralizando radicales libres.



Es un magnífico reestructurador y renovador celular. Regenera la piel reiniciando las funciones vitales de las células por lo que reduce notablemente las imperfecciones, cicatrices producidas por el acné, reduce rápidamente la irritación e inflamación de la piel, ayuda a prevenir estrías causadas por embarazos o fluctuaciones de peso y retarda la aparición de arrugas.

La vitamina E que contiene, favorece que la piel no se oxide y envejezca, por lo que se le considera un potente antiarrugas. Además su gran cantidad de proteinas ha demostrado reafirmar la piel y proteger su elasticidad.

También posee una acción reguladora del sebo para pieles grasas, por lo que se utiliza para tratar acné, eccemas y la psoriasis.

Y por último, cabe destacar su uso como aceite de masaje, ya que consigue que los músculos no sufran tanto la degeneración típica de la edad, evitando que pierdan elasticidad y que se contracturen. Además alivia los dolores artríticos y reumáticos.


Por algo llaman al aceite de argán el oro líquido







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